La fábrica, con su larga historia y gran número de empleados, organizó un gran banquete de reunión para la Fiesta de Medio Otoño.
La empresa, en sus esfuerzos por mostrar aprecio, había preparado diversos regalos abundantes para los trabajadores. Empleados de diferentes departamentos (producción, marketing e I+D) se reunieron para la cena. Acompañados por una risa contagiosa, una felicidad pura (sin corrupción de pensamientos maliciosos ni desconfianzas), y en medio de una noche bañada por la luz de la luna, lentamente disfrutaron de los suaves pasteles lunares tan hermosamente horneados recientemente.
Se sumergieron en deliciosas comidas, conversando animadamente con amigos; compartieron cálidas risas, contaron historias conmovedoras y escribieron notas sobre sus vidas durante o alrededor de aquella ocasión bulliciosa de creación de recuerdos. Todas estas eran cosas que atesorarían para siempre cuando, en años venideros, recordaran lo que habían estado haciendo en un momento dado.